¡Hola, leal lectores! En este blog, quiero hablar de un tema que a veces no queremos admitir. Estoy hablando de los círculos viciosos que podemos tener que nos mantienen atados. A veces, somos conscientes de ellos. Mientras que en otros momentos, somos inconscientemente ignorantes de su presencia.
¿Cómo podemos descubrir esto en nuestras propias vidas? ¿Estás mirando a la situación que estás viviendo ahora? ¿Te está dando alegría, amor y paz? Si la respuesta es un rotundo ¡NO! Entonces, debe analizarse y abordarse para cambiarlo.
¿Estás dispuesto/a a confrontar, reconocer y cambiar lo que te mantiene en ese estado de agitación emocional? Sé la persona que rompe el ciclo. De hecho, TÚ y solo TÚ puedes romperlo. ¡No solo romperlo, sino terminarlo para siempre! ¿Cómo?
Comienza haciendo un inventario de lo que te ha sucedido. ¿Cuáles son tus pensamientos y sentimientos que internamente llevas? Si son de naturaleza negativa, no los ignores. Admítelos y déjalos ir de una vez por todas. Una vez que estés vacío de ellos, elige dejar que Dios te llene con Su paz, amor, gracia y gozo. ¡NO serás el mismo!
Lori Deschene lo dijo mejor: "Si te juzgaron, elige la comprensión. Si fuiste rechazado/a, elija aceptación. Si te avergonzaste, elige la compasión. Sé la persona que necesitabas cuando estabas sufriendo, no la persona que te lastimó. Jura ser mejor que lo que te rompió: sanar en lugar de amargarte para que puedas actuar desde el corazón, no desde tu dolor.”
"Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de misericordias y Dios de todo consuelo, que nos consuela en toda nuestra aflicción, para que podamos consolar a los que están en cualquier aflicción, con el consuelo con el que nosotros mismos somos consolados por Dios.” 2 Corintios 1:3-4
¡Paz, Amor y Alegría!
Sandra Ivette Miranda
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